Por Jorge Montañés.
Conrad
Schumann saltó el muro de Berlín en agosto de 1961. Su gesta fue filmada y fue
un héroe. Se suicidó en 1998.
Esta foto muestra el salto
hacia la libertad del primero de los desertores de Berlín Oriental: un
soldado, parece trepar sobre el alambrado de púas que separaba entonces a los
dos Berlín y, mientras se desprendía de su fusil, se dirige hacia Occidente,
hacia la libertad.
La foto y el soldado, Conrad
Schumann, tienen una historia que merece regresar del pasado porque son un
ejemplo de cómo las decisiones políticas afectan la vida de la gente común.
El 13 de agosto de 1961, cuando la Alemania del Este, dividió
en dos a Berlín y en cuatro al país, Schumann era un chico de 19 años que había
nacido el 28 de marzo de 1942, cuando la Alemania nazi estaba en su plenitud e
iniciaba casi sin saberlo su larga y catastrófica caída. Schumann era de Zschochau,
Baviera, una zona rural. Esas raíces llevaron a las autoridades de Berlín Este
a pensar que Schumann, era maleable en lo político y resistente en lo cultural:
le habían enseñado a defender los ideales socialistas de Walter Ulbricht, un estaliniano
y líder de Alemania Oriental.
Cuando se alzó el muro, Schumann fue uno de los partícipes de
la “Operation
Rosa”, como se conoció a la división de Alemania. En las siguientes 48
horas patrulló junto a sus camaradas la Bernauer Strasse donde vio lo que jamás
había visto: familias, amores, amistades y vidas separadas, mujeres en llanto y
hombres amenazantes que eran dispersados con bombas de gas y chorros de agua,
mientras gritaban insultos que igualaban a esos guardias. Dos días le bastaron
a Schumann para tomar una decisión.
El 15 de agosto decidió saltar hacia el otro lado, que iba a
dejar atrás su casa y su familia para empezar una vida nueva en Berlín
Occidental. En el otro lado, se agolpaba una multitud de dolientes, que
pugnaban por volver atrás lo que tardaría 28 años en volver, la Alemania
unificada. Al otro lado del muro había un chico tan joven
como Schumann, apenas un año mayor. Peter
Leibing fotógrafo de la agencia
Conty Press de Hamburgo y había viajado casi 250 kilómetros para tomar
imágenes que creía que iban a hacer historia. No se equivocaba, a través de su
lente, Leibing vio a Schumann sobrepasar el vallado de púas con el pie, y
preparó su cámara. A las cuatro de la tarde Schumann tomó carrera y en un solo
movimiento pisó el alambre de púas, se deshizo de su fusil ametralladora y fue
recibido en brazos por la policía del Oeste. La foto dio la vuelta al mundo,
ganó premios y medallas; hay también una filmación que muestra el drama con
final feliz de Schumann, que fue el último final feliz de su vida. Se
estableció en Berlín Occidental, conoció a Kunigunde, su mujer y se perdió
prácticamente en la historia.
En 1987, cuando Ronald Reagan lanzó su famoso “Señor Gorbachov, tire abajo este muro”,
muchos recordaron a Schumann. En varias entrevistas admitió haber caído en el
alcohol durante una decena de años; fue albañil, enfermero y empleado de la
fábrica Audi en Ingolstadt. Reveló también qué pensó en esos breves segundos en
los que corrió cien metros hacia su libertad: “Tenía la mente en blanco y un solo pensamiento: no quiero morir aquí,
corriendo”. Nunca se arrepintió de aquel salto: dijo, “Estoy orgulloso de lo que hice, Corrí un gran peligro, rompí con mi
pasado y empecé a soportar una intensa presión”. Sus padres le escribieron
para que regresara a Berlín Oriental. Cuando Schumann regresó a su tierra, ya
caído el Muro, descubrió que esas cartas familiares habían sido dictadas por la
Stasi, la temible policía del Este. “Cuando
volví, descubrí que mi gesto nunca fue aceptado por algunos parientes y por
viejos amigos que ya no me quisieron hablar”. En el comedor de su casa,
Schumann, tenía en lugar preferencial dos fotos: la de su huída y la que lo
mostraba junto a Ronald y Nancy Reagan. Pero algo se había roto en él antes,
durante o después de su gran escape. El 20 de junio de 1998 lo hallaron colgado
de un árbol cerca de Riesa. Tenía 56 años. Su salto a la libertad es hoy
monumento nacional en Alemania.
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